La primavera y el camino
Soy el sendero que marca la distancia entre tus pasos y la llegada. Soy el guía que no habla con palabras, ese que nunca se desvía, que no te miente, ni te deja.
Soy tu amigo de cerca y de lejos, estoy sobre colina, sobre el río y al principio y al final del monte. Soy el confidente que escucha tus alegrías, comparte tus lágrimas, ríe contigo y sueña lo que sueñas.
No necesito nada tuyo, sólo quiero llevarte a donde vayas, no importa la distancia, siempre estaré para llevarte a donde quieras. Cuando te sientes sola y cansada invoco a mi amigo el viento para que te impulse un poco.
Jamás te juzgo si caminas y vuelves una y otra vez, nunca dejaré de acompañarte sin decir una palabra. No me importa si eres torpe, si te rindes de vez en cuando, si corres o saltas, sólo quiero acompañarte.
No dejes de venir, porque sin ti me perdería, necesito de tus pasos, de tus pensamientos, de tus sueños. Cuando caminas yo voy contigo, cuando te detienes yo lo hago, pero si tu no vienes, no tengo razón de ser.
Nunca te diré que dirección debes tomar, pero a donde vayas yo iré. Jamás me enojaré contigo, por que al igual que tú, también te necesito, sin ti no vivo, no sueño, no soy.
Cuando el silencio marca las distancias y resuena el viento del norte. Allí en el sendero estoy aguardando, se que vienes cansada y quizá debas descansar en mi orilla.
Soy el guardián de tus pasos, el compañero que hace lo mejor que puede. No lloro, no me quejo, no estoy triste ni feliz cuando estoy solo. Pero cuando tú estas, soy tus sentimientos.
Necesito tus caricias sobre mí, tus lagrimas aplacar mi piel y tus cantares que me dan vida. Para ti conservo flores a mi vera, para que sonrías cuando te llevo.
Cada invierno sufro en silencio, cuento los días y noches. Siempre sueño con el primer día de ese sol radiante, y me regocijo al verte subir desde el bosque al sendero, siempre vestida de magia y color.
Tus perfumes refrescan mi alma, tus flores adornan mis orillas. Soy feliz cuando te veo llegar, recorro las colinas, los bosques y las montañas contigo, soy tu guía, eres mi razón de ir y venir.
Oigo tu canto en cada cruce, cada curva, bajada y subida. Cuando llegas a mi encuentro, estás conmigo en todas partes, de cerca y lejos, por tres meses nunca me dejas.
Pero luego al final, veo como poco a poco me abandonas, con lágrimas en tus ojos. Te alejas poco a poco; siempre con la eterna promesa de volver.
Es una historia eterna de dos seres que se aman. Que se encuentran y se alejan, que se vuelven a encontrar, que no conocen el tiempo, la distancia o olvido.
Sé que cuando acabe el frío invierno, tú vendrás. Vendrás tan hermosa como siempre, cubierta de flores y perfume, como sabes que me gusta, vendrás porque sabes que yo estaré aquí, esperándote como ayer, como hoy, como siempre.
Escritor y poeta: Sermendo (Venezuela)
No hay comentarios:
Publicar un comentario