La Puerta
Hay puertas que no atravesaré nunca:
La Puerta del Cielo: Mi vida pecaminosa no me dejará
arrimarme siquiera a ella;
Hay puertas que no atravesaré nunca:
La Puerta del Cielo: Mi vida pecaminosa no me dejará
arrimarme siquiera a ella;
La Puerta de Alcalá, en España, por no tropezarme
con el fantasma de Miguel de Cervantes
no sea que empiece a contarme de El Quijote
y me haga llorar de nuevo;
con el fantasma de Miguel de Cervantes
no sea que empiece a contarme de El Quijote
y me haga llorar de nuevo;
La Puerta de Brandeburgo, en Alemanía,
atravesada por las camisas pardas de la SA
y por las camisas blancas de la SS
y porque Hitler la atravesó, yo no la atravesaré jamás;
atravesada por las camisas pardas de la SA
y por las camisas blancas de la SS
y porque Hitler la atravesó, yo no la atravesaré jamás;
La Puerta de Verona, en Italia,
para no encontrarme con ese majadero de Romeo
ni tratar de escalar el Balcón de Julieta
y no formar parte en la discusión con Siena
por la sede de esta triste y bobalicona historia de amor.
para no encontrarme con ese majadero de Romeo
ni tratar de escalar el Balcón de Julieta
y no formar parte en la discusión con Siena
por la sede de esta triste y bobalicona historia de amor.
Tampoco cruzaré la puerta del infierno
Para no ver los ojos de sangre de Cerbero,
ese perro tricefálico, que no podrá ladrarme.
Para no ver los ojos de sangre de Cerbero,
ese perro tricefálico, que no podrá ladrarme.
No atravesaré jamás La Puerta de Los Leones, en Jerusalem
Para no profanar con estos pasos pecaminosos
La Vía Dolorosa, sacra para otros;
Para no profanar con estos pasos pecaminosos
La Vía Dolorosa, sacra para otros;
Jamás atravesaré la Puerta De La Ciudad Prohibida, de Pekín,
donde en 5 siglos vivieron tantos nobles
que mi vida sencilla se lastimaría estruendosamente
donde en 5 siglos vivieron tantos nobles
que mi vida sencilla se lastimaría estruendosamente
Yo, constructor de puertas, que como Silvia Betancourt dice
no son solo puertas, sino también Puertos para el amor,
sé, que solo debo atravesarlas hasta el instante de su instalación
y retirarme a prudente distancia.
no son solo puertas, sino también Puertos para el amor,
sé, que solo debo atravesarlas hasta el instante de su instalación
y retirarme a prudente distancia.
Me quedan dos refranes populares para entenderlo:
“No te digo que te vayas, pero ahí tienes la puerta”
para comprender la amable invitación cursada y
“No te digo que te vayas, pero ahí tienes la puerta”
para comprender la amable invitación cursada y
“jamás cerró una puerta Dios sin que abriera dos”
para saber que no todo termina en un determinado umbral
para saber que no todo termina en un determinado umbral
No entraré
como entraste tú por esa puerta de cedro que fue mi alma.
como entraste tú por esa puerta de cedro que fue mi alma.
1 comentario:
Gracias Juan Carlos. Yo hice una puerta (yo soy carpintero) y la regalé a alguien, que cundo se enojó conmigo, me dijo: "Nunca mas atravesarás esa puerta" De allí surgió el poema y le gustó tanto a mi amiga, que mucha tras veces he atravesado lapuerta que hice y ahora es más fácil atravesarla par salir de ella, que entrar
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