El crujir de los grilletes
Es el crujir de los grilletes del llanto de la lluvia,
con el mirar de las hojas que se agitan como mariposas
sobre los techos de una casa perdida
La madre que coloca el plato jamás usado
por el hijo que partió al campo de la trinchera.
En el mantel de la vendimia.
El límite de las flores negras del desierto,
en la caravana de los que encienden los neumáticos,
por la cabeza del reyezuelo,
en lo alto de una pica de un moribundo,
que rompió el llanto del torero
en la orilla de los cisnes negros.
Del poemario El rudo alacrán de doble aliento
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