CUANDO YA ESTOY MUY MOJADA
Sáquenme con una jeringa toda el agua de adentro,
que mis esponjas ya están empapadas y
no se estrujan por fuera.
Que el día largue su carrusel de caballos muertos y
Me quede con la vida en las manos
Despidiendo las horas desde abajo en otra ciudad.
Suéltame la correa del corazón,
Que aquí no vine a morirme por si al tiempo
Le hacen falta pausas.
Suéltame las correas de éste corazón
Que yo no quiero hacer faltas.
Centrifúguenme cada pupila y
Tiéndanme luego abierta al sol para secarme
Las cortinas del alma,
Antes de salir a la calle de nuevo.
Que el goteo no me diluya al caminar
Antes de encontrarme,
Con una ceremonia adecuada.
Poeta Paz Carvajal López (Chile)
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